25 ANIVERSARIO DE PROFESIÓN RELIGIOSA

En un ambiente de fiesta y alegría sororal y fraternal, nuestra hermana Rosy  Mora, celebró sus 25 años de caminar en Seguimiento de Jesús con María desde esta congregación de Misioneras Eucarísticas de María Inmaculada.

En la Eucaristía, presidida por el P. Felipe Anguiano, ella le expresa a Dios su Acción de Gracias

• Dios historia, Dios misericordia, te doy gracias por la vida que me has dado y que me das día a día. Gracias por haberme dado una madre y un padre que me hicieron un espacio en su corazón y en su ser, por darme tu amor a través de sus personas con su cariño y sus correcciones. Gracias por mis hermanos y hermanas mayores que me vieron crecer, que trabajaron con esfuerzo para darnos a los más chicos una vida más digna. Gracias por mi hermano y hermanas más chicos con quienes crecí y aprendí a convivir, a compartir en el juego, en la escuela, en los quehaceres.
• Gracias por haber conocido a la madre Cande y Lupita Bejarano en la preparación a mi primera comunión. Gracias por mi barrio de San Isidro, pobre sencillo y lleno de problemas; gracias por mis vecinos y vecinas, amigas y amigos con quienes fui creciendo y llegando a mi juventud.
• Te agradezco Dios buena noticia, por haberme encontrado con el movimiento de jornadas de vida cristiana, donde te empecé a admirar y hacerte experiencia en mi vida. Por el Padre Toño Aguirre que sembró en mí la inquietud por seguirte como opción de vida; por la hermana Ana Rosa Guzmán quien explícitamente me invitó a esta congregación en nombre tuyo. Gracias por traerme a este estilo de vida y vocación, donde he aprendido tanto de la vida y me queda tanto por aprender. Por las formadoras que nos atendieron, porque pusieron todo su esfuerzo por formarnos según el tiempo lo requería.
• Gracias Dios de los pobres por todos los pueblos y comunidades a donde he sido enviada, porque nos hemos enriquecido mutuamente dejando una huella profunda en mi corazón. De manera especial por el pueblo de Santa Rosa, Mpio. de Tamazula Jalisco, donde me animaste a hacer mi consagración definitiva; por la comunidad de Palmillas, Colima donde se renovaron mis motivaciones pastorales; por el pueblo de Cuauhtémoc, donde se encuentra una de nuestras casas de formación y que por tantos años nos ha ayudado con sus oraciones, con su amistad y su cariño y nos ha apoyado según sus posibilidades. Gracias por encontrar en estos pueblos el ciento por uno en casa, madres, hermanos y hermanas como nos lo dices en el evangelio.
• Gracias por los diferentes equipos de trabajo con hermanas MEMI al interior de la Congregación, por los momentos de aprendizaje en la dificultad y en el acierto. También por el trabajo en equipo con sacerdotes que han amado al pueblo y en él a TI MISMO.
• Te agradezco Dios presencia por cada acompañamiento recibido en los momentos de confusión, por los errores cometidos, por ayudarme a aprender de ellos enseñándome a comprender, a pedir perdón y a perdonar.
• Gracias Dios dinamismo, por las y los jóvenes que he conocido en todos estos años a través del acompañamiento y la formación, misión tan especial y de tanta trascendencia; por lo que me enseñaron a través de sus historias compartidas: sus luchas, sus confusiones, sus ideales y sueños. Por constatar cómo escribes derecho en mis renglones chuecos, como dice el dicho popular.
• Gracias Dios de justicia y libertad por conocer a gente tan especial que sueña y que lucha por un mundo mejor desde las organizaciones sociales y civiles, porque también nos hemos animado y apoyado en diferentes momentos en la lucha por la justicia y la paz donde te he sentido tan comprometido y solidario.
• Gracias por permitirme contemplarte restaurador de las vidas de hombres y mujeres lastimadas por las distintas situaciones de violencia y volver a ver brillar en sus rostros la esperanza y la felicidad.
• Gracias por esta Congregación de Misioneras Eucarísticas de María Inmaculada, por enseñarme el amor a Jesús Eucaristía y a María Inmaculada a través del compromiso por las y los pobres en la entrega de la vida a través de la misión, por acogerme con mis limitaciones y posibilidades y hacerme parte de ella desde hace muchos años.
• Gracias por quienes me animaron a celebrar este acontecimiento, por quienes me apoyaron de diferentes maneras, gracias por todos y y todas ustedes, por estar aquí acompañándome en esta celebración.
• Gracias por el coro, por los sacerdotes amigos presentes que hicieron tiempo para acompañarme y animarme con sus palabras.
• ¡Gracias a todos y todas, les tengo en mi corazón!